¿Cómo saber si ha llegado el momento de cortar?

26.07.2020

Hoy os voy a hablar de un indicador descubierto por Jonh Gottman, que determina si una relación de pareja ha llegado al fin de su curso.


Para Gottman la desaparición del amor en la pareja constituye una tragedia, ya que tiene la convicción de que las parejas tienen que saber vencer las dificultades. Pero existen relaciones en las que el amor pasa a convertirse en odio, y la esperanza, en amargura. Por ello hay ocasiones en que la mejor decisión es que las personas opten por emprender caminos separados.

Si nos preguntamos por qué fracasan las relaciones a pesar de que hayamos intentado reavivarlas, la respuesta es que basta con que uno de los miembros de la pareja se encuentre decidido a cortar, o que no esté dispuesto a admitir su responsabilidad en las diferencias que les enfrentan. No obstante, existen también otras causas más profundas.

Gottman ha descubierto un indicador para determinar si una relación de pareja ha llegado o no al límite de su período de validez, llama a este indicador el "interruptor que explica la historia de nuestra relación". La medición de dicho índice se basa en la forma en que cada uno de los integrantes de la pareja viene a concebir el pasado que comparte con su compañero/a. Suelen darse una de estas dos circunstancias: o bien conservan todo un conjunto de recuerdos felices o estos resultan ser amargos. Apenas existe término medio.

Si el interruptor está en posición positiva, actúa como un fuerte elemento de amortiguación. La posición negativa viene a señalar que la relación se encuentra en su fase final. Aunque solo esté "apagado" el interruptor de uno de los dos miembros de la pareja, se trata de un presagio letal para la relación. La entrevista para evaluar la "historia de la relación" consiste en preguntar a las parejas cómo se conocieron y cuáles fueron sus primeras impresiones, pidiéndoles que nos refieran asimismo algunos detalles relativos a sus primeras citas, a los cambios que haya experimentado su relación, a la forma en que ellos conciben las relaciones en general y al tipo de opinión que les merecen las relaciones de otras personas. Una vez completada la entrevista se analizan y se evalúa el grado de positividad o negatividad perceptible en la historia de su relación. Recientes investigaciones vienen a demostrar que el cerebro acostumbra a reescribir y a reorganizar los recuerdos en función del significado que estos tuvieron para nosotros en el preciso instante en que se produjeron. Esta es la razón de que las experiencias más recientes influyan e incluso alteren todo cuanto recordamos. La circunstancia de que una relación esté definitivamente acabada o de que únicamente haya que pensar que se encuentra atravesando una serie de dificultades dependerá de lo generalizada que esté la carga de negatividad de la historia de la relación, según se la refiere a sí misma la propia pareja.

Cuando las parejas describen su pasado, o bien optan por resaltar aquellos momentos que se revelaron agradables o bien eligen subrayar sus fracasos; pueden resaltar los rasgos positivos de su compañero/a o todo lo contrario.


En el transcurso de la entrevista se recogen cinco dimensiones:

- Dimensión número uno. El cariño y el sistema de admiración

Las parejas felices refieren sus historias de una forma cálida, con afecto y dando muestras de respeto.

- Dimensión número dos: lo mío contra lo nuestro

Las parejas felices tienden a relatar historias en las que funcionan bien como tal unidad. Sensación de estar "juntos en esto". Vienen a demostrar que poseen creencias, valores y objetivos muy similares.

- Dimensión número tres. El mapa del amor del mundo interior de los miembros de la pareja.

Esto tiene que ver con si ambos siguen entendiendo y respetando todo aquello que constituye una motivación profunda para el otro.

- Dimensión número cuatro: celebrad vuestros esfuerzos en lugar de enzarzaros todavía más en vuestros líos.

Si al referir su particular historia pasada, las parejas la relatan con tintes caóticos, podemos asegurar, por regla general, que su experiencia presente no es feliz. Las parejas felices dan claras muestras de sentirse orgullosas por el hecho de haber sobrevivido a épocas difíciles.

- Dimensión número cinco: decepción frente a satisfacción.

Cuando las parejas corren riesgo de romperse, es lógico esperar que al menos uno de sus integrantes venga a manifestarse decepcionado porque la relación no haya resultado ser lo que prometía al principio. Las parejas felices creen firmemente que su relación ha alcanzado a satisfacer sus expectativas.


Si constatamos que, de las cinco dimensiones que acabamos de mencionar, no todas son negativas, podemos concluir que la relación puede todavía salvarse. La completa pérdida de un relato positivo de la historia común no es algo que se produzca de la noche a la mañana. Por lo tanto, es muy frecuente que en muchas ocasiones logremos llegar a tiempo de rescatar la relación. Sin embargo, una vez que se haya activado el interruptor de la "historia negativa de la relación", resultará ya muy difícil dar marcha atrás. Podemos estar ya prácticamente seguros de que toda intervención habrá de revelarse insuficiente. Aún en el caso de que se constate un cambio positivo en el comportamiento de uno de los integrantes de la pareja, lo cierto es que el otro miembro continuará mostrándose receloso. Llegados a este punto, lo mejor para los componentes de la pareja es admitir que la relación ha llegado a su fin, llorar la pérdida, y seguir adelante.


Para evitar que el interruptor de tu relación se ponga en negativo, tendrás que seguir invirtiendo en ella, dedicándole amor, tiempo y esfuerzo.


Davinia Ribes.