Adicción al porno

20.10.2019

En la actualidad, el consumo de porno se ha visto agravado por la facilidad para acceder a él, ya que lo tenemos al alcance de un "click". Es sencillo, rápido, con una amplia variedad y además nuestro acceso puede quedar bajo el anonimato. Si antes tenías que ir a un videoclub y pasar un momento de vergüenza ante el cajero, ahora podemos hacerlo desde la comodidad de nuestra casa e incluso de manera gratuita.

El ser humano siempre anda en busca del placer y las conductas sexuales son una fuente básica para alcanzarlo.

Todas las conductas que rodean al sexo y que nos impulsan a conseguir una satisfacción sexual, pueden ser susceptibles de causar adicción en algunas personas.

Eso no quiere decir que cualquier persona que consuma pornografía pueda convertirse en adicta, igual que cualquiera que consuma alcohol no tiene porqué llegar a ser alcohólico. Entonces, ¿cuándo se considera que una persona tiene adicción al porno?

Para saberlo, primero hay que aclarar qué es una adicción:

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) es una enfermedad física y psicoemocional que crea una dependencia o necesidad hacia una sustancia, actividad o relación.

Se caracteriza por un conjunto de signos y síntomas, en los que se involucran factores biológicos, genéticos, psicológicos y sociales. Es una enfermedad progresiva caracterizada por episodios continuos de descontrol, distorsiones del pensamiento y negación ante la enfermedad.

Para poder hablar de dependencia física y psicológica las personas presentan tres o más de los siguientes criterios en un período de 12 meses:

a. Fuerte deseo o necesidad de consumir la sustancia o actividad (adicción).

b. Dificultades para controlar dicho consumo.

c. Síndrome de abstinencia al interrumpir o reducir el consumo.

d. Tolerancia.

e. Abandono progresivo de intereses ajenos al consumo de la sustancia/actividad. (Inversión cada vez mayor de tiempo en actividades relacionadas con la obtención de la sustancia/actividad).

f. Persistencia en el uso de la sustancia/actividad a pesar de percibir de forma clara sus efectos perjudiciales.

Cuando una persona es adicta al porno, siente un deseo irrefrenable hacia el consumo de éste. Y aunque no se trate de una sustancia, la pornografía cumple los requisitos de las drogas adictivas: hay una recompensa inmediata -masturbación y orgasmo- y se puede repetir cuantas veces se quiera de manera fácil, privada y gratuita. Se comienza viendo escenas de tipo más light, suficientes al principio para la estimulación y la liberación de dopamina. Con el tiempo se genera tolerancia y para que se produzca la excitación y se libere este neurotransmisor, se requiere cada vez un impacto más fuerte, un estímulo mayor, ver escenas más crudas o aumentar la cantidad.

Cuando una persona es adicta al porno se ven afectadas diferentes áreas de su vida personal y social.

A nivel físico la persona se encuentra cansada, puede sufrir alteraciones sexuales como la eyaculación precoz, irritaciones en el pene o la vagina, falta de deseo ante la pareja, etc.

A nivel emocional puede sentir culpabilidad, ansiedad, sentimientos de vacío o irritabilidad, entre otras.

La adicción también tiene consecuencias a nivel social, ya que la persona se aísla y deja de hacer actividades para consumir pornografía cada vez en mayor cantidad, esto suele provocar problemas de pareja, laborales y económicos.

A veces, el hecho de consumir pornografía de manera compulsiva puede venir desencadenado por sentimientos de soledad o de ansiedad por miedo a no dar la talla en una relación, incluso por el hecho de que a nuestra pareja pueda no apetecerle mantener una relación sexual en determinados momentos. Además puede llegar a idealizarse la práctica sexual al compararla con las típicas escenas pornográficas, generando aburrimiento sexual e insatisfacción.

A pesar de lo anterior, la pornografía, en la medida del gusto de cada cual, puede ser excitante y despertar el deseo en pareja, pero para ello debe ser una decisión acordada dentro de la pareja y compartirla juntos en el momento. Además, hay que evitar convertirlo en una costumbre y conseguir excitarse sin la exposición a estas imágenes. Una alternativa puede ser leer pasajes de literatura pornográfica para ayudarnos a fantasear y despertar el deseo.

Aunque la adicción a la pornografía tiene solución es difícil poder superarla solo, al igual que en el resto de adicciones, lo más probable es que la persona necesite ayuda profesional para ello.



Davinia Ribes.