Anorgasmia femenina

13.07.2020

Algunas mujeres se quejan de que nunca han alcanzado un orgasmo, otras se desaniman por la dificultad que tienen en alcanzarlo y muchas de estas mujeres acaban por fingir los orgasmos en pareja.

Lo primero que hay que recordar es que el cuerpo femenino está preparado para alcanzar el umbral orgásmico y tener un funcionamiento sexual satisfactorio. No debemos olvidar que el orgasmo es un reflejo, esto quiere decir que se produce de forma involuntaria y también, que tiene un umbral mínimo para que se produzca. Por otro lado, el hecho de que exista un umbral orgásmico, significa que cada mujer tiene uno distinto. En consecuencia, las creencias y las expectativas de cómo se debe experimentar, con qué tipo de estimulación o en qué momento, están muy alejadas de la realidad.

Hay que tener en cuenta que cada mujer es un mundo. Lo que a una le parece algo increíblemente placentero puede no serlo para otra.

El orgasmo es la culminación de la excitación que se acumula en las fases previas de la relación sexual. Cada mujer tiene un umbral, un momento en el que el placer se desborda. Ese umbral es la diferencia y lo que cada mujer necesita aprender sobre sí misma.

Y ahora que entendemos un poco mejor el orgasmo, ¿qué es la anorgasmia?

La anorgasmia es la dificultad o imposibilidad para experimentar el orgasmo, o una disminución de la intensidad de las sensaciones orgásmicas después de una fase de excitación sexual normal.

Hay diferentes tipos de anorgasmia:

La anorgasmia primaria es la que sufren aquellas mujeres que habiendo realizado prácticas sexuales, nunca han experimentado un orgasmo.

La anorgasmia secundaria es aquella en la que, tras un periodo sin dificultad para alcanzar el orgasmo, de pronto se encuentran ante la incapacidad de disfrutarlos.

La situacional es aquella en la que, ante determinadas estimulaciones, personas, posturas, lugares, etc, no son capaces de alcanzarlo, mientras que en otras sí.

La generalizada es en la que la mujer es incapaz de alcanzar el orgasmo en todos los casos, independientemente de la situación y del tipo de estimulación.

Cuando nos encontramos ante un caso de anorgasmia lo principal es buscar las causas, que pueden ser orgánicas (alteraciones neurológicas, metabólicas, endocrinológicas, por consumo de drogas o ciertos fármacos o por enfermedades crónicas), o psicológicas, que suelen ser el 95% de los casos.

Muchas veces la principal causa es una educación sexual escasa o nula, que nos hace desarrollar falsas creencias a cerca de la sexualidad con lo que nos creamos expectativas erróneas que no podemos alcanzar y que nos llevan a la decepción y la frustración.

Por ello es muy importante conocer nuestro cuerpo y nuestros genitales, saber cómo funcionan y descubrir cuáles son nuestras zonas erógenas. La psicoeducación, la reestructuración cognitiva y la autoestimulación son fundamentales en estos casos.

Otra de las causas que puede influir es la baja autoestima, que limita nuestra desinhibición en los encuentros sexuales. Así como el tipo de relación que tenemos con nuestra pareja, cuando ésta es insatisfactoria, monótona o dañina.

Dentro del tratamiento de la anorgasmia se incluyen técnicas como la educación sexual, la eliminación de falsos mitos y la creación de expectativas reales, la reestructuración cognitiva, la autoerotización, técnicas de relajación, exploración corporal, la autoestimulación y el entrenamiento en habilidades comunicativas en pareja.

En resumidas cuentas, el principio para lograr el orgasmo consiste en llevar el estímulo al máximo y la inhibición al mínimo.

Así pues, como dijo Kaplan (1974), "A menos que se den enfermedades físicas o mentales graves, o se interponga un conflicto conyugal insuperable, todas las mujeres son capaces de tener orgasmos"

Y tú, ¿te vas a quedar sin el tuyo?


Davinia Ribes.