El refuerzo intermitente en la pareja

10.09.2023

Para entender el reforzamiento intermitente hemos de remitirnos al trabajo de B.F. Skinner sobre el conductismo. Esta corriente considera que nuestra conducta se encuentra influenciada por las consecuencias que nuestros propios actos tienen sobre nosotros mismos.

Es decir, la conducta y su persistencia o modificación dependen de lo que ésta pueda provocar. Si una conducta tiene consecuencias positivas para nosotros, tenderemos a repetirla a menudo de manera que obtengamos el beneficio en cuestión con más frecuencia. Si por el contrario la conducta tiene como consecuencia que suframos un daño, la haremos con menos frecuencia o la inhibiremos.

Por tanto, es posible modificar la conducta aplicando refuerzos o castigos.

Los refuerzos son aquellos que constituyen una consecuencia positiva para la persona y, por ende, hacen que la conducta emitida se repita y se mantenga. Pueden ser de dos tipos:

Refuerzos positivos: se aporta un premio o una recompensa a raíz de la conducta emitida. Por ejemplo, cuando nos elogian o nos agradecen por un trabajo bien hecho o te dan una comisión en tu empresa por tus ventas.

Refuerzos negativos: se retira un estímulo aversivo o desagradable después de emitir la conducta. Por ejemplo, si en una empresa los empleados que consigan mejores ventas quedan libres de acudir a trabajar los viernes por la tarde.

En el caso del castigo, se busca reducir o eliminar una conducta concreta. Así, puede darse el castigo positivo cuando otorgamos un estímulo desagradable (por ejemplo, cuando regañamos a un niño por su mala conducta). O también puede darse un castigo negativo cuando retiramos un estímulo agradable (por ejemplo, cuando a un hijo se le quita un videojuego o nos quitan puntos del carnet por cometer una infracción de tráfico).

¿Qué es el refuerzo intermitente?

Skinner diseñó varios programas de reforzamiento, en el reforzamiento continuo la recompensa aparece siempre que se da una respuesta. Por ejemplo, una rata presiona una palanca y siempre que la presiona aparece comida. En el reforzamiento intermitente, la rata presiona la palanca, pero a veces sale comida y a veces no.

¿Qué ocurre entonces? Podríamos pensar que si la rata ve que no sale comida deje de presionar, pero se descubrió justo lo contrario. Como la comida finalmente salía sólo a veces sin un intervalo de fijo, es decir, que la comida salía de forma aleatoria, la rata tendía a darle muchas más veces a la palanca aunque la recompensa no saliera, lo que perjudicaba su salud, generando estrés.

Así que, cuando obtenemos un refuerzo intermitente podemos llegar a obsesionarnos y mantenernos repitiendo la conducta con mucho más ímpetu e interés que si siempre recibiésemos el premio. De hecho, el refuerzo intermitente es una de formas más eficaces de mantener un comportamiento a largo plazo.

¿Cómo nos afecta el refuerzo intermitente?

Cuando el refuerzo se entrega de forma intermitente genera expectativa, deseo y un cierto grado de ansiedad que nos lleva a esforzarnos y mantenernos alerta para poder volver a conseguir ese ansiado premio que tuvimos y queremos volver a conseguir.

La búsqueda de ese refuerzo que solo se presenta en ocasiones puede llevarnos a dilapidar nuestros ahorros en el juego o a engancharnos a una relación de pareja destructiva. De hecho, aquellos vínculos en los que la otra persona en ocasiones nos "regala la luna" y en otras nos trata con frialdad e indiferencia son especialmente difíciles de abandonar; precisamente por esa expectativa de que el refuerzo volverá en cualquier momento, lo cual puede generar dependencia.

Por ello, es importante entender qué dinámicas nos están moviendo y por qué hacemos lo que hacemos. De este modo podremos tomar algo de distancia y decidir lo que más nos conviene.

¿Cómo se manifiesta el refuerzo intermitente en las relaciones de pareja?

En las relaciones de pareja este refuerzo intermitente suele presentarse de muchas maneras, aunque las más comunes suelen ser en forma de muestras de atención, cariño, amor, comunicación…que a veces se dan y a veces no. Es decir, cuando nos dan "una de cal y otra de arena".

En las relaciones de pareja, podríamos pensar que si la otra persona a veces se muestra disponible y dispuesta a atendernos y darnos cariño y otras veces no, tenderíamos a alejarnos de ella. Sin embargo, lo que ocurre es que el vínculo se intensifica, ya que tendemos a buscar qué es lo que ha cambiado o qué hemos podido hacer para que esa persona ya no nos esté dando la misma atención o el mismo amor que antes.

En estas relaciones se intenta, por todos los medios, volver a obtener esas sensaciones que eran tan agradables y gratificantes. Este patrón de intermitencia genera ansiedad y un gran deterioro de la autoestima de la persona que lo sufre.

El refuerzo intermitente en pareja es típico en las relaciones de dependencia emocional. Por eso a veces es tan difícil romper esos vínculos y deshacerte de ellos. Nos quedamos enganchados a la posibilidad de que ese refuerzo vuelva a aparecer, ya que en anteriores ocasiones lo hemos obtenido.

Para detectar este patrón de refuerzo intermitente debemos estar alerta a algunos comportamientos como:

  • Te escribe durante un periodo y después deja de hacerlo.
  • Te da mucho cariño y está atento a tus necesidades y después aparentemente es como si no le importaran.
  • Te habla de manera cariñosa y después muestra indiferencia o te hace reproches.
  • Aparece después de que, pasado un tiempo, hayas estado reclamándole atención y no te la haya dado como si no hubiera pasado nada.
  • Seduce acercándose y luego pone bruscamente una distancia.

¿Cómo romper el refuerzo intermitente en mi relación?

El primer paso para romper este patrón es detectarlo, si eres tú quien lo ha estado haciendo, trata de corregirlo.

Si eres tú quién lo ha estado sufriendo, háblalo con tu pareja y dile cómo te hace sentir. Si no lo corrige ni lo admite, plantéate abandonar la relación.

Lo mejor para romper con este tipo de vínculo es no tener contacto con el otro, hay que poner distancia para recuperar la paz mental y liberarse del dolor y la dependencia de la pareja.

Si lo necesitas no dudes en buscar apoyo profesional para gestionar y reparar el daño causado.

Davinia Ribes.