La amistad en el confinamiento

17.04.2020

Hoy comienzo el post del blog con una imagen de @lavecinarubia. Y es que ya lo dice el refrán "una imagen vale más que mil palabras".

La amistad, según la RAE es:

"Afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato."

Aunque lo cierto es que el término de amistad es subjetivo y altamente personal para cada individuo. Algunas personas pueden necesitar que sus amistades estén en contacto con asiduidad, otras pueden estar meses sin hablar y saber que están, otras pueden considerar amigos a quienes están en los malos momentos y otras considerar que las amigas deben estar en también en los buenos.

Estas diferencias individuales con respecto al simbolismo que subyace tras la palabra "amistad", pueden crear situaciones de conflicto interno y externo entre las diferentes partes de esa relación.


En la infancia, se tiene un gran número de compañeros de clase y dos o tres amigas con las que compartir preferencias y gustos. En la adolescencia llega el climax de la amistad. Los grupos de personas íntimas se hacen más grandes, se les considera de vital importancia en el día a día, se comparte cada momento posible (en clase, en la calle, por whatsapp, en videojuegos online...). Se da una especie de enamoramiento colectivo o de exaltación de la amistad en el que se da rienda suelta a las expresiones de cariño y cercanía ("eres mi primo", "mi hermana", "te quiero", "eres lo mejor de vida"...) y la sensación de tener un grupo íntimo hace que los adolescentes se sientan respaldados, apoyados y queridos justo en un momento en el que la comunicación o el intercambio de intereses con la familia no se encuentra en su mejor momento.

Cuando se termina la etapa escolar y los caminos se bifurcan (bachiller, FP, mundo laboral, universidad en la propia localidad, universidad en otra ciudad del país...) llegan los primeros duelos. Comienza un nuevo enamoramiento con las nuevas compañías y, poco a poco, se va perdiendo la constancia a la hora de cultivar las amistades anteriores.

A partir de este momento, los duelos en las amistades se hacen más frecuentes. Cuando acaba el nuevo periodo académico (finalización de universidad, de FP...), vuelve a darse otra ruptura. Cabe mencionar que, en el trámite te estas rupturas, hay personas que se van quedando junto a nosotras en el camino. Es en esta época, sobre todo, cuando aparecen en consulta una reducción de este ámbito de amistad. Un déficit en esa percepción de apoyo social y emocional tan necesario en nuestras vidas.


A esta reducción, se le añade la confusión que supone que el término "amistad" sea tan ambiguo. ¿Son amigos porque los conozco desde la etapa escolar? ¿Es amiga porque le ayudo en todo lo que pueda aunque la relación no sea bidireccional y yo no pueda contar mis preocupaciones? ¿Son amigos íntimos porque me divierto mucho de fiesta pero si no salgo no hablo con ellos? ¿Qué puedo esperar de esas personas? ¿Cuál es el nivel de implicación por su parte?


Para trabajar esta situación, utilizo en consulta un ejercicio derivado de la "Estructuración del tiempo" de Análisis Transaccional a la que he denominado "Escalera Social".

Los diferentes escalones, de forma muy resumida, hacen referencia a lo siguiente:

  • Aislamiento: Personas con las que no quieres tener ningún contacto.
  • Rituales: Personas con las que te relacionas de forma educada por "obligación". (Por ejemplo: un familiar que solo ves en celebraciones, la pareja de un amigo que no te cae muy bien, un miembro de un grupo que siempre queda en su conjunto entero...)
  • Pasatiempos: Personas con las que hablar de cosas triviales (series, política, música, libros...) pero con la que la relación no va más allá.
  • Actividades: Personas con las que haces planes para salir (en confinamiento: videollamadas, escape rooms online, retos virales...).
  • Juegos psicológicos: Personas con las que se establecen una serie de roles la mayoría de veces que os comunicáis. Estos roles pueden ser: víctima, perseguidor o salvador (inicialmente interpretados por ti, por la otra persona o por ambos).
  • Intimidad: Personas con las que puedes ser tú mismo/a, puedes desahogarte y con las que sientes amor incondicional hacia ti.

Para realizar esta escalera os aconsejo utilizar lápiz, ya que las personas y las relaciones van cambiando con el paso del tiempo. Lo único que hay que hacer, es poner los nombres de quienes te rodean encima del escalón que consideres que quieres o puedes esperar de ellas.

Si una persona que consideráis que está en intimidad también queda con vosotros y habláis de cosas triviales, se pondría en el escalón de intimidad (el más alto de todos los que represente).

El conflicto aparece cuando, por ejemplo, queremos a una persona en el escalón de intimidad pero notamos que el nivel de implicación de la otra parte solo llega hasta pasatiempos. Darnos cuenta de esto puede ser frustrante y triste. Bajar de escalón a esa persona sería el inicio de nuestro duelo.

A raíz del confinamiento que estamos viviendo y tal y como decía @lavecinarubia en la foto inicial, puede que hayáis experimentado un cambio en ese nivel de implicación en diferentes relaciones de amistad, tanto para bien como para mal. Esta escalera os puede ayudar a materializar todos esos sentimientos y pensamientos abstractos que rodean a este tema y hacerlo un poco más fácil.


Mónica Blasco.