Pensar: ¿Es algo positivo o negativo?

12.02.2023

Cuando en sesiones pregunto: "¿Crees que pensar es bueno o malo?" se pueden observar diferentes respuestas, aunque todas siguen líneas similares. Dependiendo de la persona, las respuestas varían entre:

  • "Sí, hay que pensar para solucionar las cosas"
  • "No, a veces pensamos tanto y cosas tan malas que no nos permitimos ser felices"
  • "Depende de lo que pienses"


La primera respuesta, hace referencia a un perfil de pensamiento pragmático. Pensar para buscar soluciones. La segunda, hace hincapié en los pensamientos dañinos (la autocrítica, las creencias sin datos objetivos...) y en el hecho de sobrepensar.

Como casi siempre en psicología, la respuesta correcta suele llevar un "depende". Depende de la cantidad de pensamientos, de su contenido, del contexto, del momento...


Depende de si los pensamientos son racionales o irracionales.


¿Cuál es la diferencia entre un pensamiento racional y uno irracional?

El pensamiento racional está basado en algo real. En datos y hechos factibles, por lo que se puede demostrar. Ej: Tienes la boca manchada de chocolate. Este tipo de pensamiento ayuda a conseguir un objetivo o a solventar un problema. Ej. Para hacer este informe voy a dividirlo en X pasos, buscaré la información en X sitio, etc.

El pensamiento irracional, por el contrario, no está basado en datos objetivos ni en hechos del presente. Suelen ser adivinaciones del futuro. Para ello, se basan en experiencias pasadas o emociones intensas (en su mayoría, desagradables) y defender así la veracidad de ese pensamiento. Ej: Seguro que el examen de conducir me sale mal, ya me he presentado tres veces.

¿Qué podemos hacer para tener menos pensamientos irracionales?

Aunque parezca una obviedad, el primer paso es aprender a darnos cuenta de los pensamientos que vienen de forma intrusiva y forman parte de la tipología "pensamientos irracionales".

Para poder trabajar esos pensamientos, es esencial que primero aprendamos a distinguir a qué pensamientos hacer caso y qué pensamientos debemos desechar.

Por regla general, confiamos 100% en nuestro cerebro. Nos creemos todo lo que nos dice. Al fin y al cabo, gracias a él vivimos. Pero, lo que no solemos pensar es que el cerebro también se equivoca. Nos hace creer que algo es cierto cuando no lo es.

Por lo tanto, para aprender a detectar esos pensamientos irracionales que condicionan nuestra vida negativamente, podemos utilizar la guía de pistas para detectar pensamientos irracionales.


Esa guía contiene 6 pistas iniciales:

  • Futuro: Los pensamientos de futuro no se pueden contrastar con datos objetivos, por lo que no cumplen el criterio para ser un pensamiento racional. Ej: Voy a suspender.
  • ¿Y si...?: Por lo general, los pensamientos que empiezan por ¿y si...? Son irracionales puesto que son de futuro y el propio comienzo de la frase indica que no lo sabemos con certeza, no tenemos datos objetivos que lo demuestren. Ej. ¿Y si Andrea se enfada porque no le he ofrecido recogerle en coche?
  • Error del adivino/adivinación del pensamiento: Este tipo de pensamiento irracional lo tienen casi todas las personas que acuden a consulta. Consiste en leer la mente de la otra persona. Ej: Seguro que piensa que no he trabajado porque no me ha salido bien. El error del adivino o adivinación del pensamiento son nuestros miedos introyectados en la cabeza de la otra persona. No tenemos pruebas de que esté pensando eso, pero sí puedo tener ese pensamiento de autocrítica en mi cabeza.
  • Absolutismos: Los pensamientos que contienen palabras absolutistas como "todo", "nada", "siempre", "nunca", "nadie"; ej: "todo me sale mal", "nada me sale bien", "siempre me ocurre lo mismo", "nunca tengo bueno suerte", "nadie me quiere"... En el absolutismo de la frase, lleva implícito una intensidad de ese pensamiento que no puede ser racional. Puedes tener un día muy malo, pero no TODO te habrá salido mal. Podrás estar en un proceso en el que tu red de apoyo no es amplia, pero no es racional pensar que NADIE te quiere o NADIE te va a ayudar. El hecho de estar en terapia, ya invalidaría el absolutismo de esa frase porque la propia psicóloga ya forma parte de tu red de apoyo.
  • Cuando solo pensamos en una única hipótesis de la causa de un problema o de lo que puede ocurrir en el futuro (que correlaciona con la primera pista): La realidad es multicausal y las causas de una situación pueden ser varias. Ej. Si una persona a la que le estás hablando "aparenta" tener cara de disgusto, puede ser por varias razones: porque está molesta contigo, porque ha tenido un problema personal antes de quedar, porque se encuentra mal físicamente, porque tiene ansiedad... puede ser por múltiples razones. Pero el pensamiento irracional solo tendrá en cuenta una causa que, no por casualidad, está relacionada contigo y alguna inseguridad que tengas. Pensarás que le está molesta contigo. Si en tu cabeza solo sale una posible causa y no buscas otras opciones, es un pensamiento irracional.
  • Cuando el pensamiento se da justo después de una emoción intensa: Cuando tenemos una emoción intensa agradable o desagradable, la parte del cerebro que se activa en mayor medida es el sistema límbico, encargado de la regulación emocional. Por el contrario, la parte que se caracteriza por regular el pensamiento racional es la corteza prefrontal. Cuando tenemos una emoción, el sistema límbico es el que se activa con mayor intensidad, por lo que en ese momento no es la parte racional la que está guiando los pensamientos que aparecen de forma intrusiva en nuestra cabeza. Debemos, al menos, permitirnos el beneficio de la duda y buscar datos objetivos que demuestren ese pensamiento.


Por lo general, los pensamientos irracionales no cumplen una única pista de esta guía. Esto nos hará más fácil detectar si el pensamiento que nos aparece es racional e irracional para valorar si nos lo creemos o dudamos de él. Al dudar de él, bajará la intensidad con la que nos aparece, lo que nos permitirá poner en marcha herramientas de confrontación y distracción para poder vivir nuestro día a día sin tanta intrusión non grata en nuestro cerebro.


Mónica Blasco.