Sospechas de consumo en la familia

27.06.2020

No es ninguna novedad decir que la adolescencia es una etapa de descubrimiento y experimentación. En ella nuestros/as hijos/as se van a enfrentar ante situaciones y elecciones que (en muchos casos) nos van a crear bastantes miedos. Las drogas es uno de estos temas, pues su consumo puede llegar a convertirse en un problema grave para muchos adolescentes; en concreto, el uso problemático de cannabis se asocia a mayores conflictos con familiares e iguales, conductas de riesgo, abandono escolar y peor salud en general.

Es probable que en determinadas situaciones nos surja la sospecha y la duda sobre si estarán fumando cannabis: por algún comentario, algo que nos llega de un amigo, una foto en Instagram o simplemente hemos visto un reportaje o artículo escrito. A veces esta sospecha hace que el miedo se dispare y aumenta la posibilidad de reaccionar de forma precipitada y sin calcular bien los efectos, por lo que es importante tener en cuenta algunas consideraciones.


En primer lugar hay que manejarse con el pánico, abordar el problema en plena efervescencia emocional no dará buen resultado, permítete un tiempo para volver a la calma (o lo más cercano posible) antes de intentar expresar tus miedos con el/ella.

Busca un momento adecuado para compartir tus miedos y abordarlos de forma sincera y honesta, expresarlos en primera persona suele ser un método menos "invasivo" y facilita que nuestro hijo empatice con nuestras preocupaciones sin sentirse atacado: "Me preocupa que puedas estar fumando...", "Entiendo que a tu edad pueden ofrecerte sustancias y me preocupa ¿Qué opinas?".

No des las cosas por sentado, a veces transformamos las sospechas en hechos consumados, ¿tienes pruebas objetivas de que esté fumando?, y menos aún le catalogues directamente como "porreta" o algo peor... En ningún momento es útil utilizar etiquetas negativas y genéricas con un hijo/a, por lo que en esta ocasión menos aún.

Evita hacer de policía, registrar sus armarios, cajones, mochila... No te va a ayudar a "desconfirmar" tus sospechas y puede perjudicar la confianza de tu hijo/a en ti, en un momento que es fundamental mantenerla y fortalecerla.

Por otro lado, no esperes a tener sospechas para hablar con tus hijos de lo que opinan sobre las drogas, mejor es sacar el tema a través de alguna notica, o video que hayamos encontrado y nos resulte interesante. También es importante mantenerse informado/a de forma objetiva sobre las sustancias y sus efectos, es fácil que en internet se encuentre información muy sesgada "a favor y en contra" del consumo, por lo que buscar fuentes científicas y objetivas es una prioridad. Si mantenemos una buena comunicación con nuestros hijos es natural que también quieran saber nuestra opinión sobre el tema, y esta no se puede quedar en un simple "son malas, ni te acerques". Si surge la oportunidad podéis buscar la información sobre las drogas juntos/as, os dejaremos unas referencias al final del texto.

Si confirmas que se ha producido un contacto con el cannabis, ten en cuenta que no todos los consumos son iguales, las personas suelen empezar con un consumo experimental motivado por diferentes razones: encajar en el grupo, vivir experiencias, superar la timidez... Conocer qué motivó el consumo (y qué lo mantiene si continua) nos ayudará a ajustar una respuesta adecuada. Intenta comprender la circunstancia del consumo ya que es probable que sea algo puntual. Matar moscas a cañonazos no es buena idea, es decir, querer llevar a nuestro hijo a terapia por un consumo experimental puede que no sea lo más adecuado pero cuidado, tampoco es recomendable ignorar el hecho, por lo que es importante dejar claro que es algo que no vemos bien. Tachar de "drogadicto" a un adolescente que ha fumado en un par de ocasiones es tan contraproducente como ignorar y quitar valor a un consumo que se ha convertido en habitual.

En resumen, el objetivo de abordar este tema con nuestros hijos se centra en mantener una comunicación sincera y honesta, compartir nuestros miedos, informar sobre los riesgos del consumo y trasladar nuestra oposición a una conducta así.

En caso de que tengamos claro que existe un consumo de riesgo es importante que se acuda a algún profesional especializado en el tema.

Y recuerda que la mejor estrategia siempre es la prevención a través del fomento de actitudes y actividades de salud en nuestra familia: alimentación saludable, ejercicio físico, gestión positiva de emociones, desarrollo de la autonomía responsable...

Algunas webs donde puedes encontrar más información:

https://www.fad.es/

https://www.san.gva.es/web/dgas/sabias-

https://www.lasdrogas.info/


Juan Miguel Fernández